domingo, 23 de agosto de 2015

Tú tienes palabras de vida eterna

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: "Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen. "Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede." Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También vosotros queréis marcharos?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios."
Juan 6, 60-69
Ciclo B - 21º dom Tiempo Ordinario
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Jesús viene a nuestro encuentro con una pregunta única. Una pregunta que solo cada uno puede responder porque tiene que ver con nuestra historia, nuestros anhelos, nuestras emociones y sueños, una pregunta que nos muestra hasta que punto somos conocidos para él. Jesús hace preguntas que comprometen, que exigen de una respuesta sincera y clara, una respuesta que nos deja al descubierto y muestra la verdadera naturaleza de cada uno; sabe de qué estamos hechos.

Por este motivo sus discípulos al oírlo dijeron "Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?". Lo que Jesús nos pide requiere nacer de nuevo y vivir de otra manera. Jesús nos pregunta a cada uno en nuestra vida cómo ser fermento en la masa de esta tierra para dejarse comer sin resistirse y ser alimento de muchos. Ante esta exigencia "muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él". Parece una locura y al mismo tiempo la propuesta más grandiosa que nadie pueda hacernos jamás. Parece que vaya más allá de toda lógica y por esto es tan dificil de aceptar y de acoger.

Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Sólo unos pocos se quedaron junto a Jesús. Unos cuantos hombres frágiles y asustados pero dispuestos a escuchar esa palabra única e irrepetible que transformaba todo su ser al confiar y convertirse en discípulos y amigos.

¿Qué pregunta me hace hoy a mi Jesús?
¿Cuales son las palabras de vida eterna que dirige a mi vida? 
¿Como puedo ser fiel al proyecto de Dios para mi vida?